Apuntes para la historia marplatense
Casco perteneciente a la Familia Camet fundado en 1863
Estancia “La Trinidad”
La Trinidad fue construida por la Familia Camet y descendientes, alentados por el ejemplo y la visión de anteriores generaciones. Juan Pedro Camet fue quien comenzó a trabajar la tierra con esfuerzo y honradez. También contribuyó al bienestar y al progreso de la región. En la actualidad la estancia abre sus puertas a la comunidad brindando un espacio de intercambio cultural.
Casco perteneciente a la Familia Camet fundado en 1863
Estancia “La Trinidad”
La Trinidad fue construida por la Familia Camet y descendientes, alentados por el ejemplo y la visión de anteriores generaciones. Juan Pedro Camet fue quien comenzó a trabajar la tierra con esfuerzo y honradez. También contribuyó al bienestar y al progreso de la región. En la actualidad la estancia abre sus puertas a la comunidad brindando un espacio de intercambio cultural.
Detrás de una imponente arboleda añeja compuesta por eucaliptos, araucarias, cedros, tilos, palmeras y paraísos entre otros se ubica el casco. La Trinidad fue fundada en 1863 por Juan Pedro Camet, quién tras haber obtenido un dinero pensó en viajar a Mar del Plata por la similitud que este hallaba con Francia (donde había nacido) y comprar unas tierras que antiguamente pertenecían a MacGaul, explicó la propietaria, la Sra. Inés Maguire de Bengolea.
El casco de la estancia está compuesto por una casa grande que pertenece a la familia (ha sufrido modificaciones a lo largo del tiempo), un galpón que en la actualidad está afectado al turismo, la casa del personal, un tinglado, la matera y un toillet que se habilitó para tal fin. La matera era el lugar donde el personal tomaba mate antes del almorzar y durante la tarde; se solían escuchar con entusiasmo las más diversas historias. Allí, también se guardaban algunos elementos que formaban parte de la tradición de la estancia.
Además, en La Trinidad, se encuentra una pequeña fábrica de dulces que lleva el mismo nombre. Los dulces se comercializan a lo largo de la costa Atlántica, manifestó Inés Maguire de Bengolea.
Según cuenta la historia a través de los escritos del arquitecto Roberto Cova, Juan Pedro Camet “afirmó que nunca los indios atacaron su estancia ni entorpecieron el tráfico de sus carretas. Algunos aborígenes dispersos en la zona e impulsados por sus necesidades se atrevían a realizar algunas entradas que no pasaron de simples robos”. Además, se conoce que “participó activamente en favor del proyecto fundacional sumándose a los ánimos de Juan Peña y de Florisbelo Acosta. Fue siempre un solidario adherente a todas las iniciativas de progreso de la población. Se le atribuye haber sido el propulsor de gestionar la prolongación de la línea férrea que llegaba hasta Maipú para que fuera extendida hasta el naciente pueblo de la costa atlántica”.
Turismo de estancia
El casco de la estancia está compuesto por una casa grande que pertenece a la familia (ha sufrido modificaciones a lo largo del tiempo), un galpón que en la actualidad está afectado al turismo, la casa del personal, un tinglado, la matera y un toillet que se habilitó para tal fin. La matera era el lugar donde el personal tomaba mate antes del almorzar y durante la tarde; se solían escuchar con entusiasmo las más diversas historias. Allí, también se guardaban algunos elementos que formaban parte de la tradición de la estancia.
Además, en La Trinidad, se encuentra una pequeña fábrica de dulces que lleva el mismo nombre. Los dulces se comercializan a lo largo de la costa Atlántica, manifestó Inés Maguire de Bengolea.
Según cuenta la historia a través de los escritos del arquitecto Roberto Cova, Juan Pedro Camet “afirmó que nunca los indios atacaron su estancia ni entorpecieron el tráfico de sus carretas. Algunos aborígenes dispersos en la zona e impulsados por sus necesidades se atrevían a realizar algunas entradas que no pasaron de simples robos”. Además, se conoce que “participó activamente en favor del proyecto fundacional sumándose a los ánimos de Juan Peña y de Florisbelo Acosta. Fue siempre un solidario adherente a todas las iniciativas de progreso de la población. Se le atribuye haber sido el propulsor de gestionar la prolongación de la línea férrea que llegaba hasta Maipú para que fuera extendida hasta el naciente pueblo de la costa atlántica”.
Turismo de estancia
La tradición, la riqueza de sus tierras y la hospitalidad se unen para hacer participe a la comunidad de un día de campo. Desde hace doce años la Familia Bengolea abre sus puertas para agasajar a los invitados. Caminatas, comidas típicas, descanso y un poco de historia parecen ser la combinación perfecta para disfrutar de un domingo en familia en La Trinidad. La cálida atención brindada por sus dueños lo acompañará a lo largo de toda la jornada.
El segmento turístico comenzó en uno de los galpones donde antiguamente se guardaban elementos para trabajar la tierra. En la actualidad se recibe a los visitantes en una amplia sala donde pueden sentarse junto al hogar y compartir alguna de las tantas lecturas campestres que se ofrecen antes de pasar al comedor.
Luego, en el primer piso es donde los comensales se deleitarán con el característico almuerzo criollo. El menú está compuesto por: empanadas, asado de vaca, pollo, lechón y carbonada; al mismo tiempo se ofrece una mesa con gran variedad de ensaladas. Al finalizar podrán degustar una exquisita mesa dulce.
Después del almuerzo se los invita a recorrer las instalaciones de la estancia en un antiguo coche, la “villalonga”. La duración de los paseos es aproximadamente de treinta minutos y se permite subir hasta cuatro pasajeros. Al mismo tiempo, la estancia cuenta con otros coches para exposición como por ejemplo una americana, unavillalonga destinada al trabajo; y una diligencia que era usada por la familia Camet para viajar a Buenos Aires.
Al regresar del paseo, resulta agradable tomar el té contemplando el paisaje a través de los grandes ventanales. En la estancia se realizan diferentes tipos de confituras criollas tales como panqueques, postres, tartas frutadas de estación; y especialidades de la casa como pastafrola, tortas fritas y torta de manzana invertida, entre otras.
Los almuerzos sólo se realizan los domingos de 12 a 19. Para más información se deberán contactar al 479-0993 como así también para efectuar las reservas preferentemente con tres días de anticipación. Para llegar a la estancia: Ruta 2 Km. 396 calle A.R.A Gral. Belgrano y encontrará la tranquera.
El segmento turístico comenzó en uno de los galpones donde antiguamente se guardaban elementos para trabajar la tierra. En la actualidad se recibe a los visitantes en una amplia sala donde pueden sentarse junto al hogar y compartir alguna de las tantas lecturas campestres que se ofrecen antes de pasar al comedor.
Luego, en el primer piso es donde los comensales se deleitarán con el característico almuerzo criollo. El menú está compuesto por: empanadas, asado de vaca, pollo, lechón y carbonada; al mismo tiempo se ofrece una mesa con gran variedad de ensaladas. Al finalizar podrán degustar una exquisita mesa dulce.
Después del almuerzo se los invita a recorrer las instalaciones de la estancia en un antiguo coche, la “villalonga”. La duración de los paseos es aproximadamente de treinta minutos y se permite subir hasta cuatro pasajeros. Al mismo tiempo, la estancia cuenta con otros coches para exposición como por ejemplo una americana, unavillalonga destinada al trabajo; y una diligencia que era usada por la familia Camet para viajar a Buenos Aires.
Al regresar del paseo, resulta agradable tomar el té contemplando el paisaje a través de los grandes ventanales. En la estancia se realizan diferentes tipos de confituras criollas tales como panqueques, postres, tartas frutadas de estación; y especialidades de la casa como pastafrola, tortas fritas y torta de manzana invertida, entre otras.
Los almuerzos sólo se realizan los domingos de 12 a 19. Para más información se deberán contactar al 479-0993 como así también para efectuar las reservas preferentemente con tres días de anticipación. Para llegar a la estancia: Ruta 2 Km. 396 calle A.R.A Gral. Belgrano y encontrará la tranquera.
¿Por qué La Trinidad?
En una oportunidad Juan Pedro Camet se internó en el mar con su caballo, seguramente a modo de refrescarse después de una larga jornada. La calma aparente del mar lo tentó y se introdujo sin pensar en los riesgos. De repente una ola lo sorprendió y fue arrastrado por la corriente.
Al cabo de unas horas el mar lo devolvió a la playa.
El hecho ocurrió el día de la Santísima Trinidad, inmediato a la celebración de Pentecostés. Debido a este episodio le llamó “La Trinidad”.
“La Pachamama”
Desde hace quince años y durante los meses de verano el HARAS de Polo “La Pachamama” ofrece una intensa actividad ecuestre y diversos servicios. Cuenta con chancas de polo, pista de vareo, lugar de descanso para los petiseros y un Club House para los jugadores que vienen de todo el país y el extranjero, como por ejemplo de Irlanda. El Club House posee un gran hall donde se puede disfrutar de las comodidades y servicios de bar, antes y después del partido.
Fuentes:
Serie Comunicaciones. “Estancias Marplatenses”. Año 2 Nº 16, ED. Archivo Museo Histórico Municipal “Villa Mitre”, 1994.
Se agradece la colaboración de la Sra. Inés Maguire de Bengolea, y colaboradores.
Al cabo de unas horas el mar lo devolvió a la playa.
El hecho ocurrió el día de la Santísima Trinidad, inmediato a la celebración de Pentecostés. Debido a este episodio le llamó “La Trinidad”.
“La Pachamama”
Desde hace quince años y durante los meses de verano el HARAS de Polo “La Pachamama” ofrece una intensa actividad ecuestre y diversos servicios. Cuenta con chancas de polo, pista de vareo, lugar de descanso para los petiseros y un Club House para los jugadores que vienen de todo el país y el extranjero, como por ejemplo de Irlanda. El Club House posee un gran hall donde se puede disfrutar de las comodidades y servicios de bar, antes y después del partido.
Fuentes:
Serie Comunicaciones. “Estancias Marplatenses”. Año 2 Nº 16, ED. Archivo Museo Histórico Municipal “Villa Mitre”, 1994.
Se agradece la colaboración de la Sra. Inés Maguire de Bengolea, y colaboradores.
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